No es que estas ilusiones sean inherentes al despertar. Simplemente, como ya he mencionado muchas veces, la mayoría de la gente tiene que atravesar un territorio entre el despertar impermanente y el despertar permanente. En este proceso de transición pueden surgir ciertas ilusiones en las que el ego se apega al despertar. Se apega a las realizaciones inherentes al despertar, casi como si nos aferráramos a la energía en bruto de la iluminación y empezáramos a utilizarla para nuestros propios objetivos. Lo complicado de algunas de estas ilusiones y engaños es que pueden ser muy sutiles, y aunque sean evidentes para la gente que te rodea, es posible que resulten difíciles de localizar en ti. Por favor, recuerda que no todo el mundo pasa por las experiencias que describiré aquí. El despertar no es lineal. Si lo que indico no forma parte de tu experiencia, por favor, no te preocupes en absoluto. Quedarse atascado en una sensación de superioridad.
Una de las ilusiones más comunes después del despertar es la de superioridad. Es muy común en los círculos espirituales. La gente puede quedarse atascada en una sensación de superioridad tanto si está despierta como si no; es una trampa que puede surgir en el estado del sueño y también cuando alguien está yendo del despertar impermanente al permanente. Después del despertar, la mente egótica puede hacer su aparición y empezar a sentir que es mejor, como si el despertar hiciera que uno fuera mejor que los demás. Esto es muy común; es casi una parte natural del proceso.
Un aspecto intrínseco de esta ilusión es que tenemos la sensación de que sabemos algo. Como hemos despertado, sabemos. Como hemos despertado, tenemos razón. Como hemos despertado, siempre tenemos la razón. En este punto, el ego -el constructor del estado de sueño— puede tomar esa percepción y empezar a crear lo que yo llamo el ego iluminado. No hay nada más desagradable que un ego iluminado. Se trata de un ego que piensa que está iluminado, un ego que piensa que está despierto, un ego que usa parte de la energía y de la realización del despertar para construir un sentido del yo nuevo y superior.
He visto a gente que ha tenido auténticos momentos de despertar usar su realización para descartar cualquier cosa que no quería ver. Hay personas que me han dicho: «Pero, Adya, no hay ego; no hay un "yo". Como no hay "yo", no hay nada que hacer». Y yo les digo: «Sí, pero ¿te has dado cuenta de que a veces te comportas como un necio?». Y ellos responden: «Bueno, es posible que eso sea cierto, pero aquí no hay nadie que pueda hacer nada al respecto. Todo se despliega espontáneamente. Pensar que debería ocuparme de ello es sólo un engaño más del estado del sueño».
Resulta duro llegar a una persona que se encuentra atascada en un lugar así, un lugar en el que se aferra a ciertas comprensiones y se esconde tras ellas. Cuando estamos verdaderamente despiertos, nunca usamos nuestra realización para escondernos de nada interno. Damos la bienvenida a todas las cosas a la luz del ser. En cuanto nos damos cuenta de que estamos usando nuestra realización para descartar nuestros comportamientos inconscientes, deberíamos reconocer inmediatamente que operamos desde un estado ilusorio.
Como he dicho antes, la visión absoluta de las cosas es cierta. No hay un agente separado; el ego es una ilusión. En definitiva, no existe una entidad separada que haga nada, y todo ocurre espontáneamente. Pero hay una verdad más profunda. El problema de esta verdad más profunda es que es muy difícil de poner en palabras.
gracias Anita!!!! maravilloso
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